Ella es una vaca de la raza de Lidia. Cuando era solo un bebé la usaron para torearla en capeas ilegales. Por suerte, gracias a las autoridades, fue decomisada y nos llamaron para acogerla. Cuando llegó al Santuario tenía mucho miedo de los humanos pero poco a poco aprendió a confiar en nosotros, gracias a la ayuda de Samuel y de David ❤️
Ahora vive feliz junto con el resto de las vacas y toros sabiendo que está en un lugar donde nunca nadie le hará daño.