Dentro de poco se cumplirá un año de la llegada de Agustín a Fundación Santuario Gaia.
Su comportamiento nos recuerda mucho al grandullón de Pedro, y su físico también, ya que se parece mucho a él, y pensamos que será igual de grande.
Cada mañana antes de irse a pasar el día a los prados grandes, saluda a todos los humanos que ve, pidiendo su sesión de mimos.
Su destino era el matadero siendo un bebé, ya que en las granjas lecheras es lo que hacen cuando nace un macho, porque no producen leche.
Gracias a vuestra ayuda lo pudimos salvar y está teniendo una vida digna llena de mucho amor.
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