Hace más de una semana que comenzamos llevando un ratito cada día a Amalia para que fuera conociendo a Zuriñe y a su madre Ramona, para que así no estuviera sola y estableciera con ellas un vínculo que durará toda la vida.
Como podéis ver en la imagen, es que no se separan, se pasan el día juntas, mientras Ramona las vigila para que no les pase nada.
Amalia llegó al Santuario porque nació ciega, así que antes de enviarla al matadero, contactaron con nosotros por si queríamos darle una oportunidad, y por supuesto dijimos que sí. Lo más sorprendente de todo esto, es que conseguimos curarla y Amalia ya ve.
Zuriñe nació en el Santuario porque su madre estaba embarazada cuando la rescatamos de un caso grave de maltrato animal en Navarra.
La pequeña Zuriñe nunca ha conocido la explotación ni el maltrato, ni lo conocerá. Lo que si nos ha dado son muchas preocupaciones desde que nació, porque estuvo muy enferma con diarreas y pasamos un tiempo muy mal, incluso se le cayó parte del pelo, pero ya está recuperada y es muy feliz junto a su madre y a su gran amiga Amalia.