Ella es la cabrita más pequeña de los once que se rescataron de Galicia. Cuando se cogió aún tenían en su pelo las manchas de sangre del parto.
De los once que se rescataron murieron tres debido al mal estado en el que los tenían, porque fueron desechados al no serles útil al ganadero.
En estas fechas las cabras y ovejas están dando a luz porque han sido programados sus embarazos, para que así puedan ser vendidos sus bebés ya convertidos en cadáveres para celebrar con ellos la navidad en muchos hogares.
En la granja donde nació Araceli y los otros cabritos que han llegado al Santuario, las ovejas y cabras dieron a luz a más de un bebé, pero eso era un problema, ya que si se le dejaba a las madres todas las crías que habían tenido, se beberían toda la leche y no podría ser vendida a los humanos. La solución para el ganadero fue dejar a las madres a una sola cría y el resto apartados sin atenciones dejándolos morir. Unos morían por si solos y otros eran echados a los perros para que se los comieran.
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