Hace una semana que llegaron Asunción e Irene y ya comienzan a confiar en los fundadores del Santuario, que son los que las están tratando ya que viven con ellos.
Irene es muy curiosa y si ve que su madre nos huele la cara, también se acerca ella para hacer lo mismo, imita en todo a su madre. Si un perro pasa cerca de Irene, Asunción va rápidamente para proteger a su hija por su hubiera algún peligro.
Es muy bonito ver como Asunción disfruta de su maternidad, como le da de mamar y el vínculo tan fuerte que tienen las dos. Ellas vivirán toda la vida juntas, al contrario de lo que pasa en las granjas donde los corderos son apartados de sus madres para ser vendidos como carne a los humanos, y así la leche que no se beben los corderos será destinada a hacer quesos.
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