Durante 12 años Izado estuvo privada de libertad, siendo explotada y maltratada, por eso no confía en los humanos. Sin embargo en el poco tiempo que lleva en el Santuario, ya está viendo que su nueva vida es totalmente diferente a la que tuvo.
Si os fijáis en el vídeo, ella tiene miedo si es Ismael el que se mueve o la intenta tocar, porque a ella le han pegado, cosa que pudimos ver con nuestros propios ojos el mismo día que nos la llevamos de la granja, cuando el ganadero le retorcía el rabo para que se moviera, y por eso mismo ella se negaba a entrar en el remolque, hasta que Ismael se acercó a ella y le pidió que confiara, que la íbamos a llevar a un lugar mejor. Fue muy duro ver como la trataban así, pero en ese momento teníamos que callarnos para que no se arrepintieran de cederla al santuario.
El que le de golpecitos a Ismael es buena señal. Es ella la que quiere dominar la situación, la que decide acercarse, y lo hace primero intentando lamer la pierna y luego con unos golpecitos muy delicadamente en plan de amigos. Pero cuando Ismael extiende el brazo para tocarla, ella lo asocia aún al maltrato, por eso él se mueve muy lentamente, sin movimientos bruscos.
Va a ser un trabajo lento, pero es que 12 años de maltrato no se borran tan rápidamente. Ha sufrido mucho, y eso sin contar las veces que ha parido para poder producir leche y que sus hijos sean enviados al matadero. ¿De verdad merece la pena hacer pasar tanto sufrimiento a los animales por un vaso de leche o un trozo de queso?