Los dos pequeños del Santuario comparten habitación y se han hecho inseparables. Es una delicia verlos dormir juntos, pegaditos el uno al otro, pero a la hora de salir por la mañana, a Lázaro le gusta pensárselo más, sobre todo si no hace un buen día 
Mientras Azarías sale como un torbellino, dándole igual si llueve o truena, a Lázaro le gusta observar primero que tiempo hace y luego, si eso, sale 
Los dos llegaron a Fundación Santuario Gaia muy enfermos. Azarías estaba tan mal, que pensábamos que no sobreviviría, pero él es fuerte y ahora no hay quien le pare. Lázaro tiene una lesión en la médula espinal, en la zona lumbar, lo que le impide caminar bien, pero poco a poco ha ido recuperando movilidad y gracias a los tratamientos, ahora puede caminar. Seguro que en poco tiempo seguirá a su amigo corriendo y saltando 
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