¡Buenos días!
Así de placidamente se despiertan algunos en el Santuario, recibiendo mimos de Belén están Elsa y Eulalia.
Os acordaréis de la historia de Eulalia, vivió siete años de su vida en un espacio minúsculo alimentándose de los excrementos de las aves que le daba su explotador. Llegó tan flaca que se le notaban las costillas, la piel escamada y las pezuñas deformes, tenía episodios agresivos ….y miradla ahora, es otra, emana paz y felicidad.
Por Eulalia y por todos ellos es necesario ver el mundo y a nuestros compañeros los animales no humanos de otra manera.
De eso trata el vídeo que compartiremos esta noche, hermosos momentos que nos indican que otro mundo es posible.
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