Benito es uno de los cinco burros que viven en el Santuario. Fue abandonado en la puerta de una protectora de perros, hace un año y medio. Cuando nos dieron el aviso, fuimos a buscarlo y desde entonces vive feliz en el Santuario. Al principio costó un poco la adaptación con Manel, el otro macho adulto que vivía en el Santuario, pero ahora ya se llevan estupendamente y todos forman una bonita familia.
Benito es de los más cariñosos y lo demuestra siempre que nos ve. Le encanta que le acaricien, pero también le gusta mucho mostrarse cariñoso con nosotros, como se puede ver en el vídeo.
Cada día son abandonados miles de animales. Muchos de ellos después de haber pasado toda una vida de explotación y maltrato. Los burros son explotados como animales de trabajo y, en algunos países como España, también por su carne, produciendo embutidos de carne de burro.