A Benito lo rescatamos el 18 de diciembre de 2018 porque había sido abandonado, y desde entonces ha estado separado del resto de burros hasta que se ha adaptado y recuperado de la esterilización.
Ayer por fin lo juntamos con la familia de burros que rescatamos de una finca de Sevilla donde habían sido abandonados sin agua ni comida, y donde convivían con cadáveres de otros animales que murieron debido al abandono.
El papá Manel que es el protector de la familia, se ha encargado de comprobar que Benito es buena persona y que no va a hacer daño a su familia. La mamá Seina ha estado todo el tiempo protegiendo a sus dos hijos Shalom y Gabriela, hasta que ha visto que Manel se ha hecho amigo de Benito y que no hay peligro para sus hijos.
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