Los animales son conscientes de todo lo que les pasa, por mucho que algunos intenten convencernos de lo contrario. Benito fue abandonado y estaba en un estado lamentable cuando lo rescatamos. Él se acuerda perfectamente que Ismael y Coque, los fundadores del Santuario, fueron los humanos que le rescataron, y cada vez que los ve, va tras ellos para darles todo su amor.