Desde hace unos días Borges vive con el resto de bebés del Santuario. El cambio le ha sentado de maravilla y se ha adaptado muy rápido. Ya comienza a controlar muy bien el espacio y cada vez se choca menos. Siempre nos ha sorprendido la capacidad que tienen los animales de adaptarse al medio en el que viven, mucho mejor que los humanos. Además para él no es ningún problema el no poder ver, es lo más normal del mundo y acepta que su vida es así.
Viendo estas imágenes, sobran las palabras