Úrsula y Manuela llegaron al Santuario hace unas tres semanas. Las habían encontrado atadas en un árbol y no había rastro ni de su madre ni de nadie que las cuidara. Gracias que las pudieron recoger, porque sino hubieran muerto en la montaña. Todo este tiempo han estado en cuarentena, esperando los resultados de las pruebas y adaptándose a nosotros. Ayer las trasladamos al espacio de los bebés y de las abuelitas, para que puedan disfrutar plenamente del Santuario. Siempre somos muy rigurosos con las cuarentenas, aunque muchas veces nos dan pena que estén un tiempo aisladas, pero es por su bien y el del resto de habitantes. Estas dos chicas nos tienen completamente enamorados, con esas caritas y esas miradas tan vivas. Son la ternura personificada ?