Cuando llegó, como es lógico, estaba recelosa de los humanos pero, poco a poco, nos la hemos llevado al huerto y ya veis que mimos le propina a su cuidadora, Lía.
Cuando llegan bebés al Santuario, y más si tienen diversidad funcional como Catalina, estamos muy pendientes de ellos y se crea un vínculo muy fuerte. La verdad que a Lía se la ve encantada con los mimos de la pequeña incluso con el regalito que le ha dejado en la cara 😆
La pomada que lleva Catalina es debido a que todavía no rumia correctamente y regurgita parte de la comida, así que para que los ácidos gástricos no le dañen la piel le aplicamos pomada y la limpiamos a diario
Todos los cuidados y cariño que le podamos dar a esta pequeña son pocos, que ha tenido que ser separada de su madre para salvar su vida. No somos tu mamá pero no podríamos quererte más Catalina💚
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