La abuelita lleva unos días que está más apagada, y una cosa que nos está sorprendiendo mucho, es que ella es consciente de lo que le pasa y busca estar a nuestro lado, cosa que nos emociona, ya que eso lo hace porque ha aprendido que nosotros estamos para ayudarla.
Celestina llegó al Santuario desde Murcia en febrero de este año junto a 16 ovejas y corderos más. Estaba tan débil que era incapaz de mantenerse en pie mucho tiempo y continuamente la encontrábamos boca arriba con espasmos y templando.
Celestina vive en la zona donde viven los animales que necesitan cuidados especiales, y lo hace junto a Alika, que la adoptó cuando se quedó huérfana.