Celia fue abandonada en Mallorca porque había nacido con malformación en sus extremidades delanteras, pero en Santuario Gaia hemos conseguido que una de ellas sea funcional.
Como vive junto a los fundadores del Santuario porque necesita unos cuidados especiales, su carácter es especialmente cariñoso. Le encanta que la cojan y meter su cabeza debajo del brazo, donde al instante se queda dormida.
Celia es muy inteligente, cuando está cansada de estar de pie pero no quiere tumbarse, busca una silla en la que apoyarse, como vemos en la fotografía.