Patricia se pone muy contenta cada vez que le limpiamos su cama. Los cerdos son los animales más limpios que hay en el Santuario, nunca hacen sus necesidades donde duermen ni donde comen, así que imaginaros el sufrimiento que tienen en las granjas donde viven rodeados de sus propios excrementos.
Ella fue rescatada de una granja donde la iban a matar siendo un bebé porque su madre la aplastó produciéndole una lesión medular. Al haber estado su madre encerrada en las llamadas jaulas de gestación, donde ni siquiera pueden darse la vuelta, es muy normal que muchos de los hijos que tienen mueran aplastados ante la impotencia de las madres que no pueden hacer nada por evitarlo.
Patricia vive feliz y corretea por donde quiere gracias a una silla de ruedas. Ahora se le ha vuelto a romper el arnés que la sujeta a la silla y tenemos que pedir otro. Muy pronto habrá que encargar una silla mucho más grande.