En este vídeo podemos ver como es una mañana cualquiera en la vida de los cerdos que viven en Fundación Santuario Gaia.
Para ellos no hay estrés ni temor, pueden hacer lo que quieran sin que nadie les haga daño. Ellos pueden disfrutar del sol, de la hierba, del barro o de algo tan simple como el aire fresco. Son unos afortunados. Millones de cerdos en todo el mundo el único día que verán el sol o sentirán el aire en sus caras, es cuando estén en el camión que los lleve al matadero. Así de triste.
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