Siempre contamos como Pedro, todas las mañanas al ir a los prados, se queda un rato en el patio, mirando por la rendija de la puerta del reciento de las ovejas. Pues hoy hemos querido hacer una foto desde el otro lado. La verdad que impresiona ver al grandullón de Pedro asomar la cabeza por la puerta. Se queda embobado mirando a sus amigas las ovejas, con esa mirada de amor.
Pedro llegó al Santuario hace 5 años, con solo 3 semanas de vida. Al ser macho, su destino era una granja de engorde, para luego ser enviado al matadero. Por suerte a él lo pudimos salvar y ahora vive feliz en el Santuario. En este vídeo podéis ver su rescate.