Olga llegó a Santuario Gaia con un día de vida y se crió dentro de la casa donde viven los fundadores y los perros. Desde siempre ha estado muy unida a los perros y en cuanto los escucha ladrar y correr allí que va ella como una más.
En el vídeo vemos como juega con los perros y Ramón, el voluntario fijo del Santuario, a su llegada por la mañana.
Las ovejas, cabras, cerdos, vacas, gallinas y demás animales, no son diferentes de los perros y gatos. Somos los humanos que hacemos la diferencia, eligiendo a unos como miembros de nuestra familia o como alimento en nuestros platos. Todos quieren vivir, y todos sentimos por igual.
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