Pablo es un corderito con pocos días de vida que llegó al Santuario hace unos días en muy mal estado. Llegó muy desnutrido y ni siquiera se podía mantener en pie ni caminar. Después de unos días en Santuario Gaia, Pablo es otro corderito, y aunque tiene una malformación en una de sus extremidades, él ha aprendido a correr y a jugar como cualquier otro bebé.