Ya hace una semana que Cristian está con nosotros y se ha acostumbrado muy bien a los humanos que vivimos en el Santuario. Es un ternero muy cariñoso y como cualquier bebé, le encanta jugar, correr y saltar. Está de cuarentena, porque aunque antes de venir, el Departamento de Ganadería autorizó su traslado al Santuario, nosotros siempre cuando llegan preferimos hacer muchas más analíticas y que son más completas, para así tener más información del estado de su salud.