Paola es una cerdita que rescatamos la semana pasada al haber sido abandonada fuera de una granja porque no podía caminar.
Ella tiene una fractura en la primera vértebra lumbar. Por suerte, a los pocos días de estar en el Santuario, gracias a nuestros cuidados comenzó a tener más sensibilidad en sus piernas. Para conseguir que se recupere tiene que estar en el reposo más absoluto y que se mueva lo menos posible, aunque tenemos que ir cambiándola de postura cada 8 horas.
Esta mañana al cambiarla de postura, nos pusimos muy contentos al ver que movió de manera muy fuerte, sus piernas ella sola, lo que es muy buena señal.
Todos los días le hacemos fisioterapia pasiva para mejorar la circulación de sus piernas y disminuir lo máximo posible, la atrofia muscular. Su diagnóstico es grave y seguramente no pueda volver a caminar, pero nosotros como siempre hacemos, lo vamos a intentar todo, y si al final no puede ser, pues aunque no camine, será la cerdita más feliz del mundo.