Pedro fue rescatado de ir al matadero, porque como ocurre en todas las granjas lecheras, los que nacen machos son enviados a granjas de engorde para luego ser asesinados. Tanto si son machos como hembras, a las pocas horas de nacer son separados de sus madres y encerrados en jaulas, apartados de sus madres para que no se beban la leche que va a ser vendida a los humanos. Pedro tiene tan solo un mes de vida, y como cualquier bebé le gustan las caricias y los mimos, al igual que a Olga, la corderita que se acerca reclamando atención. Cuando miras a los ojos de uno de estos bebés es imposible hacerles daño. En tus manos está cambiar el destino de los demás animales.