Ayer por la tarde, Cristina sufrió un ataque epiléptico. Fuimos a toda prisa a urgencias a la clínica de Sant Joan de les Abadesses donde ya no pudieron hacer nada por salvar su vida, ya que a los pocos minutos moría.
Cristina llegó al Santuario hace un año junto con 4 hermanitos más, que fueron abandonados en una caja de zapatos. Los estuvimos criando a biberón, y Mulán, una perrita que vive aquí, los adoptó, y tanto fue su amor hacia ellos que le vino leche y los amamantaba. Cuatro de ellos fueron dados en adopción, peo Cristina que era la más delicada y a la que Mulán estaba más apegada, nos la quedamos para no separarlas.
En todo este tiempo se convirtió en nuestra niña mimada, a la que le gustaba echarse sobre nosotros mientras hacíamos el trabajo de ordenador. Ronroneaba cuando le besábamos en los labios, confiaba plenamente en nosotros y no se apartaba nunca de su madre adoptiva.
Aún no nos podemos creer que nos hayas dejado Cristina, no sabemos cuanto tiempo necesitaremos para poder superarlo. Así tan de repente, sin dar signos de nada. Eras una gata feliz, tanto que nos llenabas el corazón con tan solo mirarte. Tu mirada era limpia, pura, llena de amor.
Anoche te buscábamos en todos lados, no podíamos evitarlo, al igual que tu madre Mulán. Se nos va a ser muy duro vivir sin ti. Te metíamos a escondidas dentro de la cama sin que te vieran los demás, te encantaba dormir metida dentro de nuestras camisetas, sintiendo el calor de nuestro cuerpo. Es muy difícil estar ahora sin ti, princesita.
Ayer Coque e Ismael, los que te hemos estado cuidando, nos hicimos una promesa, y es que nunca, por muy duro y difícil que se nos haga, dejaremos de luchar por vosotros. Vamos a intentar que no nos afecten tanto las críticas, y centrarnos en lo que verdaderamente importa, vuestras vidas. Vamos a rescatar a todos los que podamos, aunque se nos vaya la vida en ello, porque os amamos, y consideramos que es lo justo. Ayúdanos desde ese arcoiris en el que estás ahora, por favor danos fuerzas.
Queremos recordarte con este vídeo cuando mamabas de tu madre adoptiva, a la que te gustaba llevarle como regalo las plumas que encontrabas por el Santuario, y que al igual que nosotros nunca te olvidará:
Siempre estarás en nuestros corazones, descansa en paz princesita
Por un mundo vegano