Ésta es la página oficial de Fundación Santuario Gaia, siempre se habla en nombre de la Fundación pero hoy soy Ismael el que habla, porque tengo que contaros una vivencia y esta vez no me la voy a callar como hago siempre. En el Santuario lo hemos hablado y quieren que lo sepáis, a mí ya me da igual quedar como un loco, es lo que menos me importa en estos momentos.
Hay cosas que se notan e imagino que algunos de vosotros ya lo veis, pero a lo largo de estos años en el Santuario, he tenido muchas vivencias difíciles de explicar. Sabéis, como dije en el comunicado de la muerte de Samuel, que no creo en Dios, ni energías, ni Karma ni en ninguna fuerza sobrenatural, solo creo en las cosas que se pueden ver y tocar.
Samuel se fue hace unos días, y el día antes de morir, él ya se estaba despidiendo de mí y por eso me di ese paseo con él a la otra parte del Santuario, donde ni él ni nadie va, incluso hice que entrara a ver la zona en la que él estuvo cuando nos mudamos aquí a Camprodon. Pudo conocer a Valentí, volver a ver a Palma y a sus hijos con los que se crió, y conoció a los demás animales que están en esa zona. Lo siguiente ya sabéis como fue y como terminó, no hace falta decir nada más.
Antes de ayer cuando Freser se puso de parto, ya veíamos que algo no iba bien y llamamos a las veterinarias para que vinieran cuanto antes, no era normal que sangrara tanto y que tuviera durante tanto tiempo una pezuñita de su bebé fuera sin salir el resto del cuerpo.
Realmente yo ya daba por hecho que la bebé estaba muerta, así que no iba a permitir que muriera también su madre. Metí mis manos dentro para comprobar que estaba la pequeña en posición y comencé a tirar, pidiendo ayuda a mis compañeros porque yo solo era imposible. Cuando salió el morrito de Savi, sacó la lengua y la movió, así que en ese momento nos dio a todos una alegría inmensa y mucha esperanza de que la bebé pudiera sobrevivir.
Conseguimos salvar a la bebé, pero Freser tuvo una actitud que no era normal en ella. Nunca nos había permitido acercarnos a menos de dos metros, y por supuesto nunca nos ha dejado tocarla. Las lágrimas que caían por su rostro y la manera de mirarme me empezó a preocupar, pero quería ser positivo.
En el momento que le acerqué a su hija, ella comenzó a besarme sin parar, y al yo mirarla, supe lo que me estaba diciendo. Me la estaba entregando y pidiendo que la cuidara.
Hay muchos vídeos grabados de todo el parto y esos momentos, y cuando tenga tiempo y fuerzas os los prepararé para que podáis ver ese momento que explico y en el que me cambia la cara cuando supe que me estaba diciendo Freser. La miré, la besé y le dije “gracias, gracias cariño”, y cogí la cabeza de su hija y diciéndole que besara a su niña.
Desde que parió no me aparté de su lado en ningún momento. Freser continuamente besaba a su hija y después la empujaba suave hacía mí haciendo un sonido muy tierno, como una nana, para que la pequeña se fuera donde yo estaba sentado. Yo no quería preocupar a mi equipo, pero ellos ya notaron algo cuando vieron que no me fui a dormir a mi casa porque lo hice con ellas en los prados. Quería que estuviera junto a su hija hasta el final y que ella se quedara tranquila de que yo la iba a cuidar siempre.
Antes de que Freser diera a luz y que llegaran las veterinarias, le sacamos sangre y la analizamos en la enfermería del Santuario para tenerlo todo controlado. Al poco de parir llegaron las veterinarias y la atendieron viendo que no se veía nada de gravedad, todo dentro de lo normal que puede ocurrir en un primer parto, como la deshidratación que puede ser causada debido al malestar de los dolores del parto, y que por eso llevaba unos días que se escondía y no quería comer ni beber. Esto hacía que aumenten los valores bioquímicos en sangre y el calcio tan bajo que tenía correspondía a la subida de la leche. Se le palpó para poder valorar como estaba la matriz, pero no se percibían desgarros internos. La matriz de una vaca es muy grande y no puedes llegar hasta el final y valorar toda la estructura porque las matrices grávidas que son las gestantes, son muy grandes y no puedes llegar a palparlo todo. Hasta donde se pudo palpar, incluso el guante salió limpio y no se percibían hemorragias, pero bajo sospecha de que también podía pasar, se le puso una dosis de hemo, que es para controlar hemorragias pequeñas, porque si es una hemorragia grave no la puedes controlar. Cuando ocurren hemorragias uterinas donde a veces se rompen una arteria, suelen ser muertes fulminantes. Se le inyectó calcio para compensar la hipocalcemia que a veces hace que no se puedan levantar, cosa que también se hizo por la noche y para tratar también el dolor. A veces el problema que tienen es que no sangran hacia adentro de la matriz, sino que el sangrado es hacia el abdomen, y por pequeño que sea, llega un momento en el que es incompatible y acaban muriendo. El problema es que le detección es complicada en estos casos, porque a parte de que la matriz es grande, está toda inflamada y hace pliegues dentro, haciendo que pequeños desgarros no las puedes valorar a la palpación, a no ser que encuentres un foco sangrante hacia dentro de la matriz. Lo único que había que hacer ya, era esperar a que terminara de expulsar la placenta, y si al día siguiente no la había expulsado, se la tendrían que sacar.
Pasé toda la noche con las dos y Freser se levantó varias veces para pastar, le hice fotos y las mandé al equipo por whatsapp para tranquilizarlos. Pero a las 7 de la mañana nos dejaba debido a una hemorragia interna.
Me arrepiento de una cosa que hice cuando vi que se estaba yendo, y es que me enfadé mucho con ella. Cogí a su hija en brazos y se la puse delante pidiéndole por favor que no se fuera, que lo hiciera por ella, que era su hija. Pero no, se fue justo en ese momento en el que yo estaba frente a ella con su hija en mis brazos.
Ayer fue un día muy duro para todos, y más después de la pérdida de Samuel. Esta vez tuve que ser mucho más fuerte, porque tengo la responsabilidad de sacar adelante a su hija, y la responsabilidad de que mi equipo no se venga abajo, así que los reuní a todos y estuvimos un buen rato viviendo un precioso momento de comunión de una verdadera familia.
Freser ya no está con nosotros y tampoco lo está Samuel, pero sí que hay vivos muchos que son iguales a ellos y que ahora mismo están siendo explotados y asesinados en los mataderos. ¿Por qué sentimos compasión y amor por Samuel y Freser, y no por esos otros que están muertos en vuestras mesas?
Los que convivimos con animales, sabemos que también tienen un lenguaje como tenemos también los humanos, la diferencia está en que como los humanos nos creemos superiores a ellos, ni nos molestamos en quererlos entender, porque no nos interesa ni nos conviene.
Freser cariño, me has dado una responsabilidad muy grande con tu niña, pero sabes que voy a hacer todo lo posible para sacarla adelante. Ya camina bien, se le ha puesto un pelo precioso y brillante. Ya me sigue por todos lados y se toma muy bien los biberones. Desde donde estés, ayúdame a hacerlo bien, y no solo con ella, sino a darme también fuerzas para seguir luchando por vosotros y conseguir que el mundo os vea como realmente sois.