Mariona llegó al Santuario el domingo 12 de abril por la tarde, porque su madre había sido asesinada por unos cazadores mientras daba a luz, dejándola a ella huérfana, sola, muerta de miedo y frío en el bosque.
Llegó al Santuario muy débil pero gracias a las atenciones recibidas, al día siguiente se despertó con mucha energía y muy animada. Por la tarde los fundadores del Santuario tuvieron que llevar a Barcelona de urgencias a dos gallinas y a Castaño el gallo, y de paso se llevaron a Mariona para hacerle una revisión veterinaria.
A mitad de camino de repente Mariona comenzó a convulsionar. Al llegar a la clínica le quedaba tan sólo un hilo de vida y poco se pudo hacer por ella. Murió junto a los fundadores del Santuario mientras la acariciaban.
Soñábamos con verte crecer y correr feliz, pero no pudo ser. Estamos destrozados porque estamos preparados para salvar vidas, pero no para despedirnos de vosotros. Te queremos Mariona, y te prometemos que nunca dejaremos de luchar hasta abolir la caza.
Por un mundo vegano