Hace un par de horas hemos tenido que ayudar a Marta a irse, con todo el dolor de nuestro corazón.
Ella llevaba unos días que no se encontraba muy bien. No quería comer y estaba muy débil. Ayer comenzó a tener disnea y no podía levantarse. En cuanto nos han llegado los resultados de las analíticas, se nos ha roto el corazón al ver que no podíamos hacer nada por ella, ya que lo que tenía era una insuficiencia renal irreversible y estaba sufriendo.
Marta fue una de las 10 vacas de Boiro (Galicia) que llegaron al Santuario porque fueron abandonadas sin alimento y se estaban muriendo. Todas se salvaron gracias a Marta, que era la única que estaba fuera amarrada con una cuerda por los cuernos, y al verla, es como se supo que sus compañeras estaban encerradas dentro de una nave.
Has pasado dos años viviendo en libertad en este precioso lugar del Pirineo de Girona, junto a tus hijas Virginia y Elvira. Te costó mucho confiar en nosotros, pero aprendiste que nuestras manos te acariciaban y cuidaban.
Cuando tus hijas y el resto de vacas y toros del Santuario vean tu cuerpo sin vida, será un momento muy duro para todos, pero ellos también necesitan saber que ya te has ido y poder llorar tu muerte como lo estamos haciendo nosotros.
Por un mundo vegano