Ayer fue un día muy triste en el Santuario. Tuvimos decir adiós a Olivia y ayudar a que se fuera.
Llevábamos tres semanas intentando por todos los medios a nuestro alcance que se recuperará, pero no ha podido ser. Pese a que algún día veíamos alguna mejoría, cada vez estaba peor y los últimos días había dado un bajón muy grande, tanto físicamente como de ánimo, que hacía insostenible la situación.
Nos reunimos todos con ella y no dejamos de darle cariño en todo momento. Le dijimos que la queríamos mucho y que dejaría un vacío muy grande en nuestros corazones, pero que al lugar al que se iba ya no sufriría más. Un lugar precioso en el que volverá a estar rodeada de todos sus hijos que le arrebataron. Un lugar sin explotación ni maldad, solo amor, y le pedimos que nos esperara allí.
