“Hoy hace 6 años que entré en esa jaula para salvar a uno de los dos, solo nos dejaban llevarnos a uno.
En ese momento decidí llevarme al hermano de Samuel, que se ve en la fotografía al fondo de la jaula. Decidí llevármelo a él porque Samuel estaba enfermo y no quería volver a pasar por otra muertecomo nos pasó con Aida, la primera ternera que rescatamos y que nos la dieron porque estaba muy enferma. No conseguimos salvarla y acabé ingresado en el hospital de lo mal que lo pasé.
Al entrar a la jaula me agaché delante de Samuel, le acaricié y le pedí perdón por dejarlo ahí. El hermano miraba hacia el fondo de la jaula, ni se giró hacia mí cuando entré. Pero en el momento que me levanté para ir hacia él para cogerlo, Samuel se puso en pie para salir de esa maldita jaula en la que los habían metido para que no se bebieran la leche de su madre, que iba a ser vendida a los humanos.
Cuando vi que Samuel se levantó, tuve paz en mi corazón, porque no elegía yo a quien llevarme, es como si ellos ya lo hubieran hablado, y por eso el hermano ni nos miraba.
Hoy es un día de celebración por esos 6 años en los que Samuel vive como un igual sin ser explotado, pero para mí también es un día triste porque no puedo evitar pensar en su hermano, al que tuvimos que dejar allí y que fue asesinado. Quién sabe si algún conocido fue quién se lo comió, o quizás algunas de esas personas que compraron su carne, hoy son veganas. No lo se, pero lo que sí se, es que por él, y también por su madre a la que también asesinaron cuando bajó la producción de leche, seguiré luchando hasta el último día de mi vida.”
Ismael Lopez, co-fundador de Santuario Gaia