Hoy estamos muy contentos por tener a una nueva refugiada en el Santuario, una abuelita muy tierna que solo quiere mimos y caricias. Anoche nos llamaba porque no nos veía, así que fuimos y le enseñamos su habitación explicándole que ahí podía dormir. Esta mañana al levantarnos pensábamos que estaría investigando por fuera, pero nos ha sorprendido al ver que estaba relajada dentro de su habitación.