De esta manera nos hemos encontrado a Eloína al abrir la puerta de la habitación donde duerme con Ginés. No sabemos si lo que nos está lanzando es una indirecta de que le gustaría teñirse de rubio y parecerse a sus amigos los cerdos o es que se le han pegado las sábanas, bueno mejor dicho la paja. Sabemos que la foto está un poco movida, pero es que con estos dos diablillos es imposible sacar una fotografía en condiciones.