Eloína y Ginés llegaron hace 8 meses a Fundación Santuario Gaia. Son dos huérfanos a los que seguramente mataron a su madre los cazadores. Aunque ya son bastante grandes, siguen comportándose con nosotros como dos bebés a los que les gustan las caricias y los mimos. Tienen un vínculo muy fuerte con nosotros, ya que desde el primer día los criamos a biberón, y eso se nota.
Viéndolos así, no podemos comprender como se puede hacer daño a unos seres tan tiernos, disfrutando matándolos por la simple razón de divertirse. Tenemos que evolucionar como sociedad y dejar de usar a los animales para todo lo que nos plazca. Ellos no son de nuestra propiedad y no tenemos derecho a terminar con sus vidas.
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