Elsa y Eulalia se han hecho inseparables. Cuando Eulalia llegó a Fundación Santuario Gaia, hace más de un año, no había visto otro cerdo en su vida. Se había pasado sus 7 años de edad encerrada en un zulo, sin ver la luz del sol y sin compañía de ningún otro ser. Su periodo de adaptación en el Santuario fue muy largo, no sabía relacionarse con otros animales, lo que le ocasionaba muchos conflictos con sus compañeros. Pero ahora la podemos ver así de feliz, totalmente tranquila y en paz. Ahora tiene amigos y los humanos que viven en el Santuario la cuidan y la quieren. Seguramente nunca se hubiese imaginado, cuando estaba confinada en aquella cuadra minúscula, que su vida podría cambiar tanto.