A Manuela y Úrsula les encantan las hojas de los árboles, pero como son pequeñas y no llegan, siempre se las ingenian para poder alcanzarlas. Ellas son muy listas y buscan cualquier cosa que las pueda ayudar a conseguir su objetivo, ya sea una silla, una piedra o nosotros (para ellas también somos “cosas” ?)
Aun recordamos que cuando llegaron eran muy tímidas y nos tenían un poco de miedo. Nada que ver ahora, que son muy cariñosas y nos buscan todo el tiempo para que las acariciemos. Cuando se trata a los animales con amor y respeto, ellos vuelven a confiar en nosotros.