Así de felices son los cerdos cuando disfrutan tomando el sol. Les encanta tumbarse y pasarse horas calentitos y más en invierno. Eros no lo sabe, pero es uno de los pocos cerdos en el mundo que puede hacer esto, sin miedo y totalmente relajado. Millones como él viven en naves hacinados, donde nunca ven el sol y duermen sobre un frío y sucio suelo de hormigón. La única vez que sienten los rayos de sol y el aire en sus caras, es cuando van en el camión que los llevan al matadero
Ojalá llegue el día en que todos los cerdos puedan vivir como Eros
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