El primero ha sido un parto complicado porque lo normal es que salgan primero las extremidades delanteras con la cabeza, pero en este caso había salido solo la cabeza quedando las extremidades dentro dobladas no pudiendo salir al estar trabado. Tuvimos que intervenir porque se estaba muriendo, así que Coque, que es veterinario, consiguió sacarlo.
Mientras estábamos reanimando al primero, Esperanza se tumbó y comenzó a tener contracciones otra vez, dando a luz a una bebé, en este caso sin problema.
Los hemos llamado Camilo y Camila, porque en la antigua Roma se le daba este nombre a los hijos nacidos libres.
Camilo está muy débil y no se mantiene en pie ni puede mamar, pero estamos haciendo todo lo posible por salvar su vida.
Esperanza es una de las 36 ovejas y corderos que llegaron de Navarrete, donde un ganadero las dejó encerradas dentro de una nave sin agua ni comida, muriendo más de 140. Llegaron al Santuario en muy mal estado debido a la desnutrición y los problemas infecciosos que traían al haber estado entre cadáveres en descomposición.
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