Después de la trágica pérdida de su madre Eliana
Estamos tranquilos y contentos porque es la pequeña protegida de todos los toros y vacas. Como nació entre todos ellos, aunque falte su madre, los demás se preocupan y la cuidan, como la gran familia que son. Sí que es verdad que a veces la vemos en la zona donde nos encontramos a Eliana, y se nos parte el corazón
Vivir en el Santuario, rodeado de tantos animales, nos ha hecho comprender muchas cosas que nos enseñan ellos a diario, como que la muerte es un paso más de la vida, un ciclo constante e imparable. Ellos la entienden de esta manera, en armonía con la naturaleza y quitándole todo el dramatismo que tenemos los humanos. Por supuesto que es triste, pero la tristeza es otro sentimiento que muchas veces no nos permitimos tener, y no es malo sentirlo.
Eliana sabe que ni nosotros, ni el resto de la familia de vacas, dejaremos sola a su hija. Siempre estará rodeada de amor
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