Ayer nos enviaban las fotos de cómo estaba Eulalia cuando la rescatamos. Son las dos últimas. Entre unas fotos y otras, han pasado casi dos años y la diferencia es abismal.
Eulalia se pasó 7 años encerrada en un zulo, sin ver la luz del sol y sin apenas espacio para moverse. La alimentaban con excrementos de gallina. Cuando llegamos a su cárcel, nos quedamos horrorizados de su estado físico, pero más de la tristeza que desprendía su mirada. Siempre recordaremos la primera noche que pasó en Fundación Santuario Gaia, tumbada al aire libre y mirando las estrellas
Ahora es una cerdita muy feliz, y se nota en su cara. Todo este tiempo ha servido para su recuperación física, sin embargo lo más importante, es que su alma también ha sanado
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