Eva se ha levantado hoy cojeando, así que no la hemos dejado ir a los prados grandes y la hemos llevado a un espacio donde pueda estar en reposo hasta que mejore, pero no le ha gustado nada y ha estado todo el día enfadada. Eva llegó al Santuario en mayo de 2016 junto a su madre Berta y a 14 vacas y terneros más que habían sido abandonados en una granja de Boiro (Galicia). Las heces les llegaban hasta la barriga y ni siquiera podían tumbarse, atadas por los cuernos sin agua ni comida.