Otro lunes en Fundación Santuario Gaia. Hasta Sharon parece saber el día que es, no hay más que ver esa mueca perezosa en su cara?
Ella y sus compañeras, Mateo, Edna, Eila, Anaís y Séfora, llegaron a través del caso de la vaquita Vilar. Cuando fuimos a recogerla nos informaron que se habían escapado estas terneras de la misma explotación y se encontraban sueltas por los montes cercanos. O se trasladaban a un entorno seguro o acabarían siendo abatidas.
Gracias a la cooperación de asociaciones locales pudimos traerlas al Santuario. Os podéis imaginar lo miedosas que eran cuando llegaron, acostumbradas a moverse libres y sin contacto humano.
Todos en el Santuario coincidimos en el inmenso regalo que es verlas confiar en nosotros, buscando nuestro cariño. Sin presión, ni obligación, es la confianza natural que se consigue al tratar a los demás seres con amor ?
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