Fermín es uno de los terneros que llegaron de Boiro junto a otras 9 vacas y terneros. Ellos fueron abandonados en una nave sin agua ni comida, donde el estiércol acumulado les impedía tumbarse o moverse.
Él llegó con muchísimo miedo, pero desde hace unas semanas su actitud ha cambiado muchísimo. Ahora cuando nos ve se acerca para que le acariciemos, buscando los mimos que nunca le dieron.
Acaba de cumplir un año, al igual que su hermana gemela Eva que también está en el Santuario. Los dos tienen la inmensa fortuna de vivir junto a su madre Berta que también fue una de las rescatadas.“¿Nos ayudas a seguir salvando vidas?” color=”green”]• Por tan solo 1€ al mes puedes hacerte Teaming
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