Nos encanta ver a Fermín tan feliz, y es que se lo pasa en grande mientras come, que para él es como estar en una fiesta con los amigos. Él vino desde Boiro, en Galicia, porque había sido abandonado dentro de una nave sin agua ni comida, atado por los cuernos y ni siquiera podía tumbarse porque sus propias heces le llegaban a la barriga, unas horribles imágenes que distan mucho de como vive ahora.