Desde que Germán pasó a vivir en la zona de los pequeños, no se ha separado de Valentí. Cuando él se tumba a descansar, viene corriendo y se echa a su lado. A la hora de comer siempre lo hacen juntos del mismo comedero. Para Germán, Valentí es su hermano mayor que le protege y le cuida.
Es muy bonito ver como se crean unos vínculos tan fuertes entre habitantes de distinta especie. Es una lección preciosa que nos enseñan los animales y que deberíamos aprender para poder ser más empáticos con los demás.