Gina sigue creciendo sana y fuerte. Siempre bajo la atenta mirada de Ashia, su madre, que cuida de ella y la protege en todo momento. Aunque la madre aun no confía del todo en nosotros, es muy bonito ver como cuando estamos con su hija no se pone nerviosa y sabe que no le vamos a hacer daño. Por suerte no ha transmitido su temor al humano a su hija Gina.
Ashia llegó junto con otras 12 cabras de un grave caso de maltrato en Lliçá d’Amunt, donde había cientos de cabras y ovejas en unas condiciones lamentables viviendo entre excrementos y cadáveres de sus compañeras. Por suerte se denunció la situación y se consiguió el decomiso por parte de las autoridades. Esta es la primera vez que Ashia puede disfrutar de su maternidad sin que nadie le robe a su bebé. Vivirán como familia toda su vida ❤.