Esta semana hemos tenido dos pérdidas muy queridas, Felicia y Antonio, ambos habitantes de la zona de abuelitos y cuidados especiales
Antonio una mañana se levantó un poco bajito, no quiso cenar y lo bajamos a enfermería para que estuviese más controlado. Parecía que se animaba un poquito pero al día siguiente se fue apagando y nos dejó
Él tenía una enfermedad degenerativa que afecta a las articulaciones, ya caminaba con los codos y de estar acostado le había salido una úlcera en el pecho. Vino de bebé hace nueve años y no podía haber sido más feliz. Aunque en el último año ya mostraba síntomas de su enfermedad, que lo limitaban, era queridísimo por todos, desprendía una ternura indescriptible y quien pasaba por el Santuario acababa enamorándose de él.
Gracias a todas las personas voluntarias por cuidarlo y quererlo tanto
Felicia, Antoñito, volad alto queridos. Ya no será lo mismo subir esas escaleras y no veros en vuestra casita.
Os querremos siempre, gracias por enseñarnos tanto