Esta preciosidad se llama Cora, apareció en un bosque completamente sola para asombro de las personas que la rescataron.
Cora ha llegado desplumada y con diferentes dolencias, camina de lado, lo que parece que es debido a una lesión en una vértebra cervical. En sus extremidades encontramos costras provocadas por una sarna severa. Esta es la realidad de las gallinas ponedoras, que son explotadas y están hacinadas sin apenas atención veterinaria, tan solo la necesaria para la producción de huevos. Es triste pensar que para ellos su vida no vale nada.
Menos mal que Cora es una luchadora y no nos cabe duda que va a superar todas las dificultades para vivir libre y feliz el resto de su vida.