Besora

Fedora era una cabra muy mayor, que llegó en el año 2020 junto con Irina y Katerina, provenientes de una explotación de leche de cabra que cerraba. En las últimas semanas, la salud de Fedora cada vez era más delicada, hasta que llegó un momento que ya no podía levantarse. Pero nosotros la hemos cuidado hasta el último día, con todo el cariño del mundo.

Cada mañana la sacábamos al sol, bien cómoda entre almohadones y mantas, para que estuviese acompañada y disfrutase del aire libre. Siempre se la veía feliz, como en la foto, a pesar de que cada día estaba más débil. Se ha ido de manera tranquila, natural, sin dolor y en paz

La historia de Besora ha sido una de las que más nos han impactado. Apareció hace más de 5 años con el rumen perforado, por donde se le salía el contenido ruminal, en un pueblo cercano al Santuario. Tuvimos que hacerle 3 cirugías muy complicadas y pasó muchos meses de recuperación, en los que hubo varías complicaciones, pero era fuerte y sanó del todo.

No sabemos su edad, pero también era una cabra mayor. En los últimos días se la veía cada vez más apática, pero en las pruebas realizadas no se encontró la causa. Al realizarle la necropsia hemos visto que tenía un tumor de timo, en la cavidad torácica

El tiempo que han vivido entre nosotros han sido felices. Han llevado una vida plena y feliz, lejos de la explotación que sufrieron desde que nacieron.

Muchas veces nuestra labor es acompañarles en los últimos años de sus vidas, de la mejor manera posible. Hay habitantes que cuando llegan sabemos que su esperanza de vida no será larga, pero eso no nos desanima, al contrario, nos hace que les cuidemos más y con más cariño. Nosotros pensamos que es muy importante este acompañamiento en los últimos momentos, igual que si hubiésemos cuidado de ellas muchos años

Volad alto pequeñas, siempre estaréis en nuestros corazones