Llegaste a nuestras vidas el 6 de enero de 2013 cuando conseguiste escapar del camión que te llevaba al matadero. Siendo una corderita de pocos días tuviste el valor de saltar de ese horrible camión lleno de bebés llorando como tú, por estar con sus madres. Cuando te vimos tan mal, con las extremidades quemadas por caer al asfalto mientras el camión iba en marcha, pensábamos que no ibas a sobrevivir porque tu estado de salud era muy débil. Te metimos en nuestra cama para que no murieras sola, y ya que no podías estar junto a tu madre, que sintieras el calor y el amor de dos padres.
Hemos intentado ser unos buenos padres para ti, dándote una vida en libertad, respeto y amor, pero tú nos has dado mucho más. Éramos novatos en salvar vidas como la tuya, y tú nos enseñaste que no hay ninguna diferencia entre los humanos y vosotros. Ayer cuando íbamos a anunciar que te has ido, nació Shamir y la inmensa tristeza que teníamos, la tuvimos que dejar a un lado para ayudar a este nuevo miembro de tu familia, que al contrario que tú, él sí va a vivir con su madre. Y en esta montaña rusa de emociones que vivimos en el Santuario, hoy queremos que este día sea para ti.
Seguirás viva en cada humano y humana que lea tu historia en el libro “Animales como tú”, pero sobre todo seguirás viva en los corazones de tus padres que te hemos amado hasta tu último día.
Descansa princesita, un día volveremos a vernos y a estar juntos para siempre.