Ayer nos dejaba Leonor de manera inesperada, dejando también un gran vacío en nuestros corazones.
Es cierto que en los últimos meses su salud se había deteriorado, así que dormía en la zona de cuidados, donde se encuentran las ovejas y cabras mayores o con algún problema de salud. Últimamente estaba mejor e incluso había aumentado de peso. Ella podía escoger cada mañana si bajar a los prados con el resto de ovejas y cabras o quedarse en la zona de cuidados.
Ayer por la mañana eligió bajar a los prados, eligió marcharse en donde había sido tan feliz, y en compañía de su hija Mencía.
Leonor vivía en el Santuario desde hace más de cinco años, llegó con su hija y con Karen desde Sabadell, tras ser abandonada. Nos ha regalado momentos preciosos y nos queda la tranquilidad que ha vivido sus últimos años feliz y enormemente querida.
Te vamos a extrañar infinito Leonor, verte cada mañana con esos dientecitos, tu mirada cálida y todo el amor que desprendías. Todos los que hemos tenido la suerte de conocerte te hemos querido y te llevaremos con nosotros, en nuestros corazones siempre estarás viva, preciosa Leonor
